Abizanda

Este bonito municipio oscense, asentado junto al embalse de El Grado, invita a recorrer su bello entramado urbano plagado de interesantes muestras de arquitectura medieval.


Abizanda es una pequeña población que presume de un rico patrimonio, en el que destaca su espectacular e imponente torre, la cual protegía la entrada del valle frente a los ataques musulmanes. Sorprende la sobria construcción de 24 metros de altura, que Sancho el Mayor mandó edificar sobre el año 1023.

El municipio de Abizanda ofrece vistas de 360º al Pirineo y al Somontano y a él pertenecen los núcleos habitados de Abizanda, Escanilla, Lamata y Ligüerre de Cinca.

Escanilla

Escanilla se encuentra en la margen derecha del río Cinca, muy próximo a la cola del embalse de El Grado. En el casco urbano, a partir de la plaza, encontramos casas de interés que datan del siglo XVI hasta nuestros días, con Casa Mora como ejemplo destacado. 

La iglesia de San Saturnino preside la plaza en torno a la cual se apiñan las casas. Se dice que el lugar fue castillo, villa y señorío del obispo de Huesca. La torre está separada del pueblo por un profundo barranco, afluente del Cinca y situada en un espolón a media altura de la ladera.

Mantiene contacto visual con los castillos de Abizanda y Samitier. En las proximidades de la torre se halla la ermita de San Sebastián. En la plaza se sitúa una cruz de término realizada en piedra, con inscripción labrada en 1908. Las ermitas de San Juan Evangelista y de la Virgen del Monte completan el patrimonio religioso.

Lamata

Es un pequeño pueblo perteneciente al municipio de Abizanda. Está ubicado en un llano, al pie de la sierra de Arbe, en la margen derecha del río Susía. Su origen es medieval, y conserva una docena de casas, separadas entre sí, que tienen siglos de historia y muestran interesantes rasgos de la arquitectura popular local.

La principal fuente de riqueza proviene de la agricultura y la ganadería. En el pasado las casas eran autosuficientes, disponiendo de horno, pozo, lagar, bodega, etcétera.

En sus alrededores hay escasos restos arqueológicos que nos informan de la actividad humana desde hace más de 100.000 años, incluso se tiene constancia de dos pequeños asentamientos en tiempos de los romanos, hace unos 2.000 años.

Ligüerre de Cinca

El antiguo pueblo de Ligüerre de Cinca fue expropiado para la construcción del embalse de El Grado, siendo cedido a finales de los años 80 del siglo XX al sindicato UGT para su rehabilitación. Tras años de intensos trabajos, Ligüerre de Cinca volvió a la vida como un importante y reconocido centro de vacaciones en el Pirineo. En su recuperación se han mantenido los nombres de las casas de los antiguos pobladores, convertidos en alojamientos turísticos. Además, siguen cultivando las tierras que les permiten producir aceite y vino.

En los últimos años ha adquirido importante renombre a nivel nacional por la organización de bodas y eventos en sus instalaciones.

El Mesón de Ligüerre se salvó de la ruina gracias al proyecto rehabilitador de UGT. Se ubica junto a la carretera A-138 y es parte integrante del centro vacacional. 

Núcleos abandonados

Casas de la barca
Fueron expropiadas para la construcción del embalse de El Grado a finales de los años 50 del siglo XX. Estaban situadas a medio camino entre Escanilla y Abizanda y su nombre proviene de una barca que cruzaba el río Cinca. Quedaron anegadas por las aguas del embalse.